Un blog de pensamientos y temas diversos, donde puedes encontrar reflexiones o preguntas sin respuesta. Sin duda, algo que no se ve todos los días.
miércoles, 7 de diciembre de 2016
Verde, como el pasto
viernes, 2 de septiembre de 2016
Lavanda
Los colores morado y verde se han convertido ya en una mezcla difusa pero heterogénea en mis ojos. Paso sobre las plantas a una velocidad de vértigo, por lo que el paisaje no es algo que pueda disfrutar, mas la monotonía y eterna sucesión de colores debajo de mí generan en mi mente una sensación de calma.
Vuelo. Toco el cielo y bajo de nuevo, porque soy libre, porque soy yo.
Vuelo. Porque la vida es una y pasa muy rápido, así que decido ir tan rápido como ella.
Vuelo. Subo y bajo en delicadas curvas, y todo es tenso, frágil e inigualable.
Y vuelo. Mi mente flota y se mueve a la velocidad del viento. Acaricio las nubes y saludo a los pájaros, planeo entre los árboles y vuelvo al cielo abierto.
Lavanda es la causante de ese color morado. Puedo olerla, su fuerte fragancia, un campo lleno de ellas. El verde es por las hojas y tallos y casi puedo aspirar el polen suspendido en la atmósfera.
El aire fresco humedece mi cara y pequeñas gotas de agua se acumulan doquier. El día es fresco, y fresco me siento; cuando vuelo puedo ser yo, cuando vuelo no hay límites.
Soy como un río en el cielo. El agua en la tierra me hace sentir igual de fluido cuando la miro y vuelo, porque estoy flotando sobre el planeta y soy parte eterna de él, por siempre diluyendo mis emociones en las corrientes de aire que circulan a mi alrededor y juegan conmigo: unas me suben, otras me bajan, otras me llevan a una velocidad mareante.
Y a pesar de todo desearía poder ser una piedra en ciertas ocasiones. Cuando dejo el campo de lavanda y me encuentro surcando la atmósfera de laa montañas, anhelo lo firmes que son en sus convicciones, lo fácil que les es quedarse en un lugar y lo cómodas que se ven. No obstante una montaña no se puede mover. Es lo que recuerdo cuando cruzo a través de ellas y llego a un dorado campo de trigo, donde sé que pronto habra un molino solitario precedido por un río y el paisaje cambiará debido al tamaño de la obstinación y terquedad de la montaña. Pues lo primero que notas es una inmediata fascinación de sus creencias, mas la inmensidad con la que las sostiene sofica al hermoso aire, lo seca y deja un desierto a su paso. Mi pobre corazón no sabe si partirse de dolor o sobrecogerse de la emoción, porque el desierto es cruel, caliente y frío, lastimero y oculta secretos. Pero es aún más hermoso que el campo de trigo. Es más dorado, más sorprendente, más inmenso. Y yo no volaré sobre él.
Seguí volando, rodeando al desierto para no manchar su hermosura, y encontré un valle como muchos. Vi cómolos pájaros surcaban olas enfurecidas e invisibles que los querían detener, y las valientes aves las enfrentaron para no rendirse a una muerte segura. Oí el canto del viento en arcos, escuché los susurros del mar y sentí las vibranciones de la tierra cuando por fin me detuve junto al volcán, al final de mi travesía y siendo ya de noche.
Este era mi cometido. Plegué mis alas en mi espalda, entumida por el largo viaje, y caminé hacia la orilla del cráter ardiente. Por fuera hacía demasiado frío, pero sabía que dentro el frío era un lujo.
Caminé al cráter, e hice como las estrellas me dijeron. Me dejé caer de espaldas para poder seguir viéndolas por última vez, solté de nuevo mis alas, abrí los brazos y solte la bolsa gigante de hielo que venía cargando desde los glaciares, antes fel eterno mar donde mi primera vista de la tierra fue un hermoso campo de lavanda. Lo había visto una vez, pero no lo observé porque no se avecinaba mi fin y supuse tendría todo el tiempo del mundo. No lo sabía entonces, que yo y otros 6 sujetos sellaríamos volcanes para alterar la tierra a futuro, pero eso consumiría nuestras alas y quedaríamos atrapados en la roca recién solidificada.
Di vueltas por el cráter, lo más cerca posible como las estrellas dijeron, soltando los hielos para que estos no se derritieran en la caída. Era extraño cómo no se derretían por el simple hecho de estar junto a la lava del volcán. Luego cayó un rayo del cielo en el centro del cráter, habiendo yo depositado mi total de 20 bloques de hielo, y el rayo tembló y se expandió dentro del cráter. La roca comenzó a extenderse en grandes volúmenes en la capa exterior, y la luz la jaló hacia el centro. Pronto el cráter estaba sellado, por roca y por luz de luna, y yo me sentí desfallecer.
Cuando caía, me pareció ver que flotaba de nuevo. Logré atisbar jirones de lo que pasó después cuando el rayo me jalaba hacia un acantilado, donde ya estaban tres de los siete voladores que sellaríamos los cráteres. Cuando el séptimo llegó, el alba asomaba tímidamente en el horizonte, y un cometa partía el viento sobre la tierra mientras se dirigía al acantilado. La luna, con aus gentiles rayos, nos empujó a los siete moribundos hacia el vacío, y caímos sobre el cometa pero nadie sintió nada que no fueran esperanzas para el futuro y una pronta recuperación.
Desde entonces ya no surcamos los cielos porque nuestras alas aún no se recuperan, pero surcamos el espacio, los siete juntos, observando maravillas y esperando el tiempo perfecto para volver y cumplir nuestro destino.
sábado, 30 de julio de 2016
Nada
Y de repente, nada queda.
Caminando por el campo, comencé a preguntarme si algo acaso valía la pena. Hay muchas cosas, sí, por las que esforzarse, pero ¿realmente hemos progresado? ¿Es mejor esforzarse ahora por las profesiones o habría sido mejor años antes el adorar a los múltiples dioses? No logro descifrar si este siglo es mejor que el anterior.
Tambien me pregunto si sacrificarse a uno mismo vale la pena. Al fin, será perecedero todo lo material por lo que luchamos; el progreso genera regreso a malas costumbres o deficiencia en algo. Es decir, si subimos, hay que aplastar un escalón y lo que haya en él, pisotear alguien para pasar sobre él y alcanzar lo mejor.
¿Sacrificarse a uno mismo o velar por el futuro que se de? Una vez un hombre dijo "esperanza de hoy, verdad del mañana". Pero eso no es del todo cierto, y desmiente el "ayúdate que yo te ayudaré" y al "camarón que se duerme se lo lleva la corriente", por lo que tenemos un conflicto de intereses e ideas. Hay que pensar que esto significa: uno puede creer en el destino, pero otro dice que el destino lo crea uno mismo. Y si no haces nada, te estancas. Y si sigues la corriente, sólo avanzas. Y si luchas, puedes llegar río arriba, mas, el agua de arriba es pura, pero llega abajo más nutrida y con más anécdotas.
Hay veces en las que prefiero detenerme y disfrutar, observar los paseos de la gente. Hay veces en las que el bullicio es exagerado y yo no deseo participar en él. Pero muchas veces corro con el viento, él llega a lo inaccesible y no se queda en un solo lugar. Mencionaron por ahí que el viento es libre, pero yo opino que está maldito, porque la tierra está presente observando y participando en todo, el fuego es hermoso y fugaz, el agua está en movimiento pero frecuenta los mismos lugares. El viento no. Él (viento) pasea por todos los centímetros del planeta pero es incapaz de detenerse en un lugar, de asentarse, por muy lento que pase. Sólamente se detiene cuando va a emprender un maratón, un frenesí de ventiscas y tifones.
Y las estrellas brillan en lo alto, mas inalcanzables: la hermosura en su apogeo, tan incapaz de ser amada en primer lugar, siempre desde lejos. Pero ni el viento ni las estrellas son perpetuos, ni los humanos nos estamos quietos, queremos ser activos como el viento y esplendorosos, opulentos como las estrellas, mas terminamos siendo grotescos como el Sol - útil, imprescindible, mas hiriente - y frecuentamos la zona de confort como el agua.
Desvanecer, como virutas de polvo, como humo, como promesas.
Así es todo lo que hacemos o decimos, y cada vez es más artificial y menos duradero. ¿Qué nos pasó? ¿A dónde se fue esa determinación por el progreso? Apuesto a que terminó bajo los granos de arena que tienen grabado "agarra lo que puedas" y "sé superior, te conviene para sobrevivir". Ya no hay autenticidad en lo que importa y son pequeños los jirones de la vida los que realmente valen la pena. Un amigo, una relación, un gusto, un proyecto personal. Todo se repite a sí mismo, y tenemos miedo del inmenso vórtice por el que caemos en espiral pero no pueden escapar más que unos pocos, de los cuales se reduce aún más el número por la frecuencia en que estos son afectados por la realidad de lo oculto.
Y debajo no hay nada, no detrás, ni dentro. X, Y, Z. 1, 2, 3. Pintura, Música, Literatura. Saltos y caídas, no valen nada porque es una ilusión donde giramos, pero no quita el hecho de que sigue siendo gratificante el llegar más alto cada vez por dura la caída (la cual es hipotética, ya que se cae en nada).
No quiero sonar pesimista (sé que es muy tarde por ello). Sólo pretendo recalcar lo valiente que es seguir intentando, y que vale más cuando sabes (o crees saber) que al final no obtendrás lo que esperas.
Esperanza de hoy, verdad del mañana. Esperemos entonces que el mundo sea redondo, así nos podríamos poner de acuerdo en su diámetro.
martes, 7 de junio de 2016
Botas y café, plumas y papel (Parte 1)
Aquellas botas de color café atraían mi mirada. Pertenecían a una mujer cuya edad, calculaba yo rondaba los 20 años. Pero no me fijé tanto en ella, por lo cual no podría dar una descripción de sus facciones; puedo decir que es algo agraciada, mas no estoy seguro si era muy bonita o solo una cara agradable entre el gentío, sólo sé de sus botas: aquellas botas café claro con delicados relieves en sus costuras, un delicado tacón que le daba aires de elegancia modesta y un diseño ligero pero presente. Quiero aclarar que no he tenido nunca una atracción por las botas, mas estas en específico atraían mi mirada, exigían mi atención. Combinado con el olor a café en la estancia y el persistente peso de la pluma en mi mano hacían que, cuando volteara a mi hoja en blanco, esta brillara más radiante que nunca; mis ojos veían inciertas formas bailando sobre el papel, lineas que se dibujaban y desdibujaban, haciéndome tantear un boceto sobre las botas, de un café tan claro como mi capuccino; comparables al café, verlas era tan placentero como oler el café de mi mesa. Era el elemento que estaba buscando mi imaginación.
Plasmando la imagen de las botas en mi cerebro, comencé a trazar sobre aquellas traviesas lineas; no he sido nunca un gran dibujante y las lineas se movían demasiado, por lo que pronto realicé mal un trazo y decidí hacer algo diferente. Mi atención había volado en un santiamén de las botas a mi hoja, para luego deslizarse a la pregunta de qué podrían ser esas botas y malos trazos en mi papel. No pensé, solo posé la pluma sobre las lineas, dejando que mi subconsciente hiciera el resto.
Sus ojos ahora me miraban. La hoja me estaba observando, con aquella cicatriz presente en su mejilla izquierda. La bota se había transformado en una hermosa mujer con una cicatriz; esta dama curvaba y arrugaba un poco su melancólica mas hermosa cara en un gesto de preocupación, observando el sol perderse en las montañas. Creo que había perdido algo importante y lo estaba buscando. Creo que había perdido el tren y, con ello, quizá perdió un evento importante; a juzgar por su atuendo y su rostro manchado de tierra, creo que estaba en un lugar rural, lejos del hogar donde residía, y se iba a marchar a descansar, mas el transporte se fue sin ella y no volvería hasta el día siguiente. Ella, desesperada, veía impotente al sol esconderse, anunciando una noche de abandono y soledad para ella. Sin embargo, ella, a pesar de estar preocupada, estaba emocionada por una noche entre la naturaleza.
Volví a la realidad, mi café se había enfriado.
lunes, 30 de mayo de 2016
Rosas en ramo, dalias y claveles en mano
¿Qué no conoces a los poetas?
Ellos divagan por las palabras y sus metas
Y yo, humilde aprendiz, no soy ballesta
En sus batallas de versos ni en su frenesí de letras
Chistoso te pareceré, y tal vez curioso
Encima me arriesgo a un malentendido maldoso
Mas sepa, dama, que mi intención no es ser hosco
Y un poeta jamás será tosco
Poeta no soy, mas seré
Aún así la incógnita nació
Del por qué chistoso le resultó
A usted cuando yo verdad le hablé
Es eso lo que por mi mente cruzó cuando le expliqué a una dama lo que un caballero debería darle. No que le dieran una rosa, mencioné yo, pues que ella debería recibir un ramo de aquestas. Sin embargo, a pesar de los mensajes que nuestras hermosas flores guardan, celosas, como secretos, se empeñó la sociedad en que las rosas rojas son lo más viable, pero no eda lo que yo buscaba, yo le envié un ramo de rosas naranjas, puesto que estas remarcan la importancia que uno tiene de la amistad con la otra persona.
Me rechazó una propuesta no formulada, me alejo cual ola en el agua se aleja del mar, me apartó, siendo yo hoja, y ella siendo vendaval.
¡Ay de aquellos ilusionistas
Que vagan por la vida incomprendidos
Que no hayan amores ni amigos
Que a su lado no quieren permanecer!
Mientras que otros no esforzados deportistas
Vagan desentendidos y hallan su parecer
¡Oh, no entiendo yo su vaivén
Al cardumen no consigo creer!
Y como viento que llegó y ya se fue
Así son los peces que conmigo se quedan
Que parece no tienen poder
Ni voluntad para esta pieza
Y el tiempo que ella se tomó para irse no fue más que un santiamén, mientras que yo me quede en sus 500 pasos cavilando sobre las palabras, su poder. Sube y baja, llega y aparte, mas no permite más peso del que ya aguanta. Y sin embargo, mi opinión sigue en pie, aquella que le dije y por la que se fue: a una dama, rosas en ramo, dalias y claveles en mano.
viernes, 27 de mayo de 2016
El cielo se despeja
Después de cinco meses, una fuerte lluvia se soltó y bañó la ciudad; recibiéndola desprevenidos, aquella inesperada cascada de agua fresca sobre todo mundo nos hizo brillar con nuevas esperanzas; los niños correteaban ante la deliciosa fiesta que el cielo había armado; los vecinos tomaban sus sombrillas y salían a pasear y a comentar al mercado o al parque una vez que el flujo de agua se detuvo un poco. La lluvia arreciaba sobre los techos de las casas, ocasionalmente un gracioso trueno retumbaba y hacía temblar los frágiles ventanales de grandes casas; todo mundo se introdujo a sus hogares a pasar un agradable tiempo en familia una vez que la emoción los agotó.
El agua caía y caía, a veces imparable, a veces con pequeñas gotas que se sentían como millares de piquetes sobre la piel. El ambiente se tornó frío y húmedo y pronto la gente comenzó a desesperarse de verse encerradas, algunas personas incluso se vieron en el infortunio de enfermarse. Las plantas, las cuales en un principio comenzaron a reverdecer, se veían ahora tristemente ahogadas sin nadie que las consolara. Así fue la vida por cinco días, todo oscuro y ocasionalmente demasiado brillante, lleno de gotas de agua que llenaban la mente de un helado mar de lágrimas de confinamiento forzoso.
La lluvia se detuvo y sentí como el dolor cesó. Abrí los ojos y vi a mi familia alrededor mío, percibí el olor a antisépticos y traté de hablar, preguntar qué sucedía, por qué lucían tristes. Recordé la lluvia y mire por la ventana: El cielo estaba claro, azul, sin nubes. Traté de calcular la hora, mas mi mente estaba espesa, mi lengua pastosa y mi cuerpo entumido.
Sonreí al recordar que, siempre, el cielo se despeja. Encontrando entonces un cielo hermoso, con la ciudad iluminada por una hermosa luz de sol, sentí cómo el viento finalmente desaparecía, llevándose mi alma consigo...
domingo, 22 de mayo de 2016
La noche de los amores
En una noche oscura
Con ansias, de amores inflamada
Oh dichosa ventura
Salí sin ser notada
Estando ya mi casa sosegada
A oscuras y segura
Por la secreta escala, disfrazada
Oh dichosa ventura
A oscuras y encelada
Estando ya mi casa sosegada
En la noche dichosa
En secreto, que nadie me veía
Ni yo veía cosa
Sin otra luz y guía
Sino la que en mi corazón ardía
Aquesta me guiaba
Más cierto que la luz de mediodía
Adonde me esperaba
Quien yo bien me sabía
En parte donde nadie parecía
sábado, 21 de mayo de 2016
El arte de crecer
De origen humilde, su red tejió
La primera fase, todo tan oscuro
Para las raíces en el suelo puro
Ellas vienen de algo mayor
Su meta es igualar a su creador
Las plantas, tan hermosas como son
No hay quien iguale su color
Poco a poco su tallo va emergiendo
Lento y constante, se extiende hacia el cielo
Tanteando el suelo, tanteando del aire el velo
Tímidamente sus hojas suelta al ruedo
Y es así como al pasar de los días
Cada vez engrosa y crece
Una planta, insignificante a veces
En medio del bosque, sola y hacia arriba
Con un par de años podemos notar
La planta, que ya se hace destacar
Pues de poder pisarla ahora nos hace tropezar
Pues creció demás, y seguirá en el andar
Árbol inigualable se volverá
Hermoso y vivo, inmenso será
Aquella diminuta semilla con un gran deseo
De volverse un titán como el abeto
¿Tendrá mejor qué hacer este sujeto?
El árbol te intrigará
Pues sí, ya que ahora será su reto
Semillas y más árboles por crear
Y es así como el arte de crecer es
El ciclo poder completar
No quedar estancado, ni destacar
Sino crecer, y lo demás solo se dará
lunes, 16 de mayo de 2016
Contemplando el Castillo
Caminando en la oscuridad
sábado, 7 de mayo de 2016
Bajo las aguas
Retozando sobre las aguas, creí ser el mejor: Retozando y flotando cual flor caída en un fresco charco de agua, creí poder estar solo. Ilusiones vanas creadas por uno mismo, confío y no miento, me creo lazos que luego no puedo romper.
Flotando más allá de la orilla en mi inflable de emociones, cama etérea y segura, los sonidos nos inflaban, pero una vez que los sonidos se gastaron me dí cuenta de que estaba flotando en una falacia, sin poder ser yo mismo y sobrevivir al mismo tiempo; me comencé a hundir.
De pie sobre inmensas raíces, las aguas rompían sobre y bajo mi burbuja. Incluso siendo un recuerdo era terrorífico y me paraliza, me hace temer ahora que estoy de pie hundiéndome , apoyado en mi balsa, la cual se abría paso hacia el lecho del mar como un astro se dirige a la luna. De pie, respirando los últimos jirones de libertad, trato de sobrevivir: empujo, jalo, nada sirve, nada detiene mi inminente fin...
Hundido, bajo las aguas, recuerdos pasan por mi mente, recuerdos de personas a las que incondicionalmente amo, aquellas con las que, por culpa de la sociedad y otros factores, no he podido estar, siéndome negada la felicidad social y siendo restringido y confinado a mí mismo.
Bajo las aguas, mis pulmones colapsaban, sin embargo no tengo miedo, no temo, tengo paz. No sé si lograré renacer, solo le pido al que me escuche que cuide de aquestas gentes, cualquier entidad, que los cuide de ahogarse como yo me ahogué amí mismo.
Flotando bajo las aguas, inmóvil y sin vida, una tonada suena por fin a lo lejos, llenando mi muerte de dulce melodía, marcando el fin con una rítmica y dulce cadencia, manteniéndome lejanamente consciente, sin alterar lo vacío que estoy por dentro.
Acostado en el lecho del mar, al fondo de las aguas, no veo un fin. Debería haberme ido, pero ciertamente mi alma existe en un mezzanine de vida y muerte donde pertenecí una vez, lo que provoca ser jalado hasta una puerta blanca y perfecta, la cual da a una habitación llena de desconocidos donde ciertamente encontraré mi rehabilitación y salvación, donde podré construir de nuevo mi balsa, volveré a nacer. Será entonces cuando retome mi lucha por llegar al final de manera realizada, completa y digna como siempre pude, pero sin necesidad de mandas una lista de buenos deseos, sino una de agradecimiento.
Sentado en la silla inexistente de una sala blanca, observo detenidamente los ojos de la persona sentada frente a mí...
martes, 3 de mayo de 2016
Tiki
sábado, 30 de abril de 2016
El fin (Él, Parte 3)
jueves, 28 de abril de 2016
El claro (Él, Parte 2)
Él salió del pozo, saltó, corrió y huyó de la entidad de una vez por todas; sus caprichos abrumaban su entero ser. Se detuvo a las faldas de la colina y miró hacia el árbol: Un ser etéreo lo miraba, con unas luces rojas fulminantes, y mientras estudiaba su alma, se abrió hacia él, dándole la bienvenida. Por fin había llegado. Paz. Consuelo. Descanso eterno. Subió la colina, pero a la mitad se sintió golpeado por una fuerza invisible: Los ojos del ser ahora lo miraban con odio, furia, lo repudiaba, no lo aceptaba. Fue entonces cuando ocurrió: La peor catástrofe de todas.
El mundo se hizo añicos. Las imágenes de paz y tranquilidad, aquella hermosura, todo se destruyó. Su lugar, perfecto, estaba ardiendo; él era la causa, él lo provocó al salir del pozo. En vez del hermoso pasto solo habían tiernas y peligrosas llamas que, con sed insaciable, lamían el pasto y todo lo que encontraran dentro del claro. Alrededor del pozo solo había una alfombra de cenizas y una gaseosa nube de naranja furioso mientras, en el cielo, los soles se desvanecían tras gritos de dolor, la escalera se replegaba hacia arriba y subía una extraña luna, una luna de malos augurios...
miércoles, 27 de abril de 2016
La interrogante de la vida
A todos ayuda y después vomita
Es tuya, es mía, es no correspondida
Y muchos recitan "La vida sea maldita"
Perdices en vida, no es fácil decir
Si es bueno o malo el estar aquí
Disfrutando u odiando la voluntad de quien
Señala y ampara "La vida es con él"
Muchos degustan y otros rehúsan
Otros gozan, adoran o imploran
La vida es dura a veces, y a veces no lo es
Es muy confusa, pero la vida solo es
Vivir o morir, no saber qué elegir
Saltar o nadar, cantar o declamar
Elegir, elegir, vivir o morir
Dejar todo atrás sin regresar jamás
Oh, digo, la vida es confusa
Sus misterios revela pero aún hay dudas
Delicioso acertijo sin resolver
Vivir, reto que al que hay que responder
martes, 26 de abril de 2016
El ser puro y él (Él, Parte 1)
sábado, 23 de abril de 2016
Viviendo, muriendo, volando
Imagina que estas flotando en la nada, levitando en los confines del universo, flotando en las falanges de un ser etéreo que te acompaña y te protege de todo lo bueno y lo malo, que su roce es miel en tu garganta; imagina que, flotando, cierras los ojos y la nada es aún menos de lo que ya no era.
Imagina que abres los ojos y de repente lo ves todo: El vacío se convierte en una habitación, la habitación dentro de la casa, ubicada en la colonia, en medio de la ciudad, en un caótico país, sobre la superficie de un estruendoso y viejo mundo, en la galaxia hermosa y cinética, multifacética de un universo, inmerso en milenios de expansión, un universo único...
Imagina que cierras los ojos de nuevo pero, en vez de que todo esto desaparezca, descubras que ha abierto tu mente y se ha colado en ella, que ahora en tu conciencia hay un mundo tan gigante que, difiriendo del mundo externo, no te deja prestar atención en un solo detalle sin desaparecer la esencia de todo, siendo misterioso, evasor y de deliciosos trucos y secretos.
Es así como es la mente de una persona que piensa mucho, una mente indomable, que sin previo aviso se transforma en un torbellino de pensamientos y actitudes, creando en el aura del ser un ambiente de inquietud y transformación salvaje, un ambiente donde todos caben pero pocos logran mantener el ritmo.
Yo volteé al mundo y el mundo trató de invadirme, así que lo dejé entrar y lo abracé. Ella no va con el mundo, ella va con el aire, y juntos nos complementamos. Él es tierno y dulce, cuidadoso, como el agua, mientras que yo soy frío y duro, agradable como hospedero, siendo yo tierra. Hay veces en las que me siento como metal, o como roca: Duro, imperturbable. Pero ellos siguen dentro de mí, haciendo mi mente ligera y cambiante como el viento y el aire, creando mis acciones y movimientos ligeros como el agua y dejándome flotar entre la nada y el todo cada que lo desee. Yo soy el ancla que me mantiene unido a mi alma, que es cambiante y salvaje como el fuego, caprichosa y absorbente.
Yo soy yo, y en mí están ellos. Yo soy la nada, y ellos conforman el todo. Yo soy un mueble, yo soy un blanco, yo soy terciopelo. Ellos son el recuerdo de un bosque, la firmeza de una pared y la suavidad de un cojín. Nos complementamos. Pero al mismo tiempo, demasiada perfección nos aleja, no nos permite ser en este mundo, en esta realidad, y somos confinados entre 4 paredes blancas, un doloroso recuerdo de sabores arrebatados de nuestras papilas, un sofá cómodo que nunca nos ofrecerá el mismo amor que a la dama de rizos blancos, un cojín que se burla de la lluvia sin el arcoíris.
Por milenios he bailado esta danza, la danza del equilibrio por la felicidad. Por milenios he tratado, por décadas he logrado, por segundos he disfrutado. Me siento exhausto, harto, pero decidido, determinado a recuperar esos segundos, porque valen la pena, porque no pueden ser sustituidos, porque son míos. Me decidí a luchar y a esforzarme hace tanto tiempo porque rendirse es morir. La nada no es suficiente por siempre, así que intentaré conseguir mantenerme en el todo y hacer de ese cojín un sólido arcoíris donde ellos y yo podamos pasear.
Me decidí a luchar por nosotros tres. Y, sin embargo, lucho solo por mí. Así que abriré las puertas del universo y dejaré entrar aquellas historias del pasado y del futuro, para que existan en el presente.
Porque a veces imaginamos que estamos encarcelados entre cuatro paredes y luchamos por salir. Porque a veces imaginamos que necesitamos descansar del todo y luchamos por la nada. Porque a veces imaginamos que queremos escapar de la nada y buscamos el todo. Pero es exactamente por eso: Porque siempre imaginamos. Y la imaginación destaca como rojo neón en fondo negro. Es inigualable, y es espada de dos filos. Y es por eso que nosotros debemos buscar un equilibrio entre lo bueno y lo malo, para poder, al fin, recibirlos. Para poder, después de toda la lucha, abrazarlo a él y besarla a ella.
viernes, 15 de abril de 2016
Ausente
Hace mucho me dejé caer
Desde hace años me volví alguien más
O, mejor dicho, dejé de ser
Cuando miro hacia atrás solo veo negro
Y es bueno, pues oscuro recuerdo sería
Lo que miraría de vuelta; amargo sabor
Pero sé que ahora no es mejor
¿Me estaré ahogando en problemas?
¿Me estaré causando esto?
Masoquista sé que soy
Suicida, seguro no estoy
Paranoia, exageración
Risas y dolor
Seriedad sin fin
Insípido rollín
Vuelo entonces a mi galaxia
A mi planeta, a mi amor
Llego victorioso y discreto, olvidado
Sin nadie que me reciba, nadie
Ni siquiera un odiado
¿Cuál es el caso?
No encuentro metas ni inspiración
Solo logro pasar un día más
No alcanzo aquel refilón
El refilón del mañana
Ni el saliente del ayer
Entonces me estiro, me desperezo más
Pero simplemente mis huesos tiemblan
Mis manos crujen y mi cuerpo colapsa
Demasiada carga, demasiados sueños
No logro aligerarme
Solo puedo soltarme
No hay cuevas cerca para descansar
No hay techo arriba para saludar
Pero aun así me permito subir la mirada
Me permito mirar las estrellas
Tan hermosas, impasibles y amadas
Incluso ellas van a desaparecer
Pero vendrán otras, vendrán
Vendrán con seguridad y nueva luz
Y yo estaré arriba en la montaña
Con mi guitarra para cantarles
A viva voz sobre ayeres
Ayeres donde desaparecí
Con laúd y con arpa,
Armónica lira que acompañará mis sueños
Las llevaré entonces a un lugar mágico
El lugar donde residí,
El lugar donde morí