Hoy fui a hacer despensa al Bodega Aurrera, en el "súper", y me sentía radiante, me sentía bien
Iba repasando mentalmente una y otra vez la lista de lo que tenía que comprar, aunque sabía que no era necesario memorizarla porque tenía la foto en mi teléfono, no obstante, sentía la necesidad de hacerlo.
Opté por una canasta, es más práctico para la cantidad de artículos que pensaba comprar, ni siquiera llevaba mochila para evitar que las bolsas se rompieran como ya me había ocurrido antes.
Caminé, había mucha gente, muchos artículos en promoción y otros tantos con rebajas.
Primero, no encontraba el queso manchego. Aquí, en esta isla de refrigerados, estaba el Parmesano, y acá al lado estaban los yoghurts y las leches, es decir, lácteos, pero, ¿dónde estaba el resto de los quesos?
Seguí caminando, incómodo de que hubieran tantos empleados del súper en mis cercanías, al pareces les estaban surtiendo productos y se estaban encargando de ubicarlos en sus respectivos departamentos.
Al final resultó estar hasta el fondo con los embutidos, algo ilógico, pero al mismo tiempo estratégico. Pensé en la elección de organizar estratégicamente en vez de lógicamente. No optan por organizar semánticamente, sino agrupan por necesidad.
Me moví a la parte de despensa general. No sabía cuánto iba a gastar y había hecho previos cálculos para ver si me iba a alcanzar mi dinero para cuando me depositaran el martes. Tenía que oagar ciertos boletos de una bienvenida, de la cual me debían cierta cantidad, mas no había hecho cuentas concretas.
Junté mis artículos vagando de pasillo en pasillo, regresando a veces, pues iba contando conforme al orden de la lista y no al orden de su distribución física. Me estaba retirando cuando recordé que no tenía sal.
Sal, sal, no recuerdo haber visto la sal. ¿Estará con el azúcar? ¿O con los huevos y el aceite? ¿Estará por la mayonesa, con los aderezos? ¿O en ese pasillo de las gelatinas donde parece que metieron todo lo que no tenía clasificación?
Vagué una y otra vez por los pasillos, sintiendo las miradas en mi, miradas que decían "mira a ese estúpido chico, qué distraído, inútil, estorboso e idiota es. Es obvio que no encuentra algo, ya pasó por aquí cinco veces e incluso me pidió que me quitara para poder entrar al pasillo. ¿Por qué no simplemente le pregunta a un empleado dónde está lo que sea que está buscando?"
Así que decidí apurarme. Pero no confío en los empleados y no quería verme en la situación incómoda de reconocer que no puedes encontrar la sal en un lugar donde toda la distribución está etiquetada. Pero decidí ahorrarme lo embarazoso de pasar una décima vez por los pasillos, y preguntarle al primer empleado que encontré.
-"Disculpe, ¿podría decirme dónde está la sal?
-"Está del otro lado
-¿Podría decirme como a qué altura, en qué pasillo?
-Como a tres o cuatro pasillos
-Del otro lado, ¿verdad?
-Sí, por el pasillo de arroz y frijoles"
"Tonto.", pensé, "¿Cómo no se me ocurrió meterme a ese pasillo? Aunque tampoci vi como si hubiera sal pero de seguro está allí"
Subí los tres pasillos y crucé. Sólo habían paquetes de frijol y arroz.
"Está bien, he comido mis huevos sin sal, puedo seguir comiéndolos sin ella, puedo volver otro día pero ya estuve demasiado tiempo por aquí"
Y salí corriendo antes de que me siguieran viendo, o tuvieran chance de hacerlo, y pensar cosas malas sobre mí.
Encontraste tu sal, y nadie jamás pensara que eres estupido, por qué quien lo piense es el gran idiota en toda la faz de la tierra..
ResponderEliminarEncontraste tu sal, y no será lo único que logres encontrar...
<3